Oración a San Benito
Santísimo confesor del Señor, Padre y jefe de los monjes, intercede por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente. Destierra de nuestra vida y de nuestra casa las acechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías. Pídele al Señor remedie nuestras necesidades espirituales y corporales. Pídele también por el progreso de la Santa Iglesia Católica y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así, confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo cantar las eternas alabanzas.
Amén.
(Rezar tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria)
Vida de San Benito
San Benito nació en Nursia (región de Umbria), a los 15 años fue a Roma a estudiar pero no se sintió a gusto por el ambiente que allí había y se fue a una aldea cercana, Enfide, donde pronto decidió dedicar su vida a Dios. Es entonces cuando se va hacia el norte, a Subiaco, donde vivió durante unos tres años en una cueva, absolutamente solo, rezando y meditando.
De Subiaco se va a un lugar cercano, Monte Casino, donde construye un monasterio sobre las ruinas de un templo pagano y en él vive. Realizará varios viajes por Europa haciendo milagros, pero siempre sirviendo al hermano y llevando la Palabra; vuelve a Monte Casino donde va a morir un 21 de marzo, a mediados del año 547 dC.
Como el 21 de marzo es una fecha que siempre cae durante la Cuaresma, la Iglesia determinó que la Festividad deSan Benito de Nursia sea todos los 11 de Julio, fecha en que sus restos fueron trasladados al Monasterio de Monte Casino como el Santo lo había pedido. Los restos de su hermana melliza descansan junto a los de él.
El lema de San Benito es: Ora et labora (reza y trabaja) y, de acuerdo a ese lema, vive toda la familia benedictina.
En Monte Casino escribió La Santa Regla, destinada a los monjes, pero que es modelo para todo cristiano que busca encontrar a Dios y vivir en Él; en ella que les indicaba como debían vivir y aún hoy rige la vida de los monjes en general.
San Benito nos aconsejó:
No antepongas nada al amor a Cristo